El pasado viernes el alumnado de 3ºA trajo a clase un huevo duro.Entraban ilusionados pero cargados de curiosidad:
¿Qué vamos a hacer con el huevo, seño? Nadie se olvidó de la tarea, y algún huevo calentito vino de más.
Encontrarón sus pupitres colocados con el salvamantel y la ficha de trabajo. Hicieron bailar el huevo, se rieron, lo tocaron, sintieron el peso y lo observaron. Encontraron la similitudes con las capas de la tierra, memorizaron sus nombre, escribieron , dibujaron y se lo comió quien quiso.
Pero algo quedó en el ambiente, el olor.
Tuvimos la oportunidad de aprender juntos el por qué se produce el olor característico. Buscamos en Internet las razones y terminamos hablando de proteínas, hierro y reacciones químicas. Nunca un huevo había dado para tanto.
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